Diario de Sanfermines 2.012 (XII)

El 13 de Julio, viernes, llegaba con un día completo. Después de ver el encierro, sin mayores complicaciones, con mucha gente, habitual un día más. La verdad es que hablando con Emilio, mayoral de la casa, buena gente y buen profesional, su sonrisa parece siempre denotar que trae pocas expectativas. Y con decir que Pamplona es complicado para nosotros, parece dejar claro que no es terreno para su ganado. O eso me da la sensación. Presentada está correcta. Otra cosa es lo que puedan dar. Máxime cuando al aficionado de aquí le gusta, en general, raza antes que nobleza. Y los toros del malogrado Juan Pedro, ahora en manos de la siguiente generación, no son lo que se dice, unos dechados de raza y casta. Además, siguen las figuritas al frente. Hoy están el korrikolari Fandi, Perera y Talavante. Cartel de interés para los públicos.

Pero el día empezaba pronto, y el hombre del día en la ciudad iba a ser El Juli. Otra vez más, la figura lo demuestra en la calle, en baño de multitudes, aguantando al personal sin perder la sonrisa. Y es que, estos últimos Sanfermines, entre día y día de su contrato, Juli guarda descanso, y allí recoge toda la chatarra que le regalamos, porque así los jurados lo han decidido. Y él, cumplidor y serio, no falla en ningún sitio.
Este año, además, aceptó la propuesta de la Meca para dar una clase de salón a niños en el coso pamplonés. Una apuesta personal del nuevo miembro de la Comisión de la Junta, Mariano Pascal. Y allí que me fui con la familia. Allí estaba lleno de niños y padres, todos junto a Julián López, El Juli. La hora se retrasó porque los periodistas avasallaron el lugar. Periodistas de fuera del ramo, de todos los medios, y que se tiraban encima del matador, frustrando por momentos ilusiones de cientos de niños, y de disgustados familiares que comenzaron abroncando la situación. Normal. Si fuera alguien poco asequible, yo lo entendería, pero en ese momento no. Juli es una persona muy accesible, y no se puede hacer eso a los niños. Pero como todo se olvida rápido, al final, fue un deleite para todos los chavales. Y bajo el calor de la mañana, la arena tomada, los niños disfrutaron su momento. Y todos, alabamos la atención de un matador como el de Velilla. ¡La de chavales con sus capotes y muletas que había! Allí estaba mucha gente conocida, y no podía faltar entre ellos Javier Carabias y sus chavales. Y es que a los críos también les va esto. Y eso, es futuro.

Desde el callejón, quedamos con Roberto Domínguez, y con su jefa de prensa para ir directos al Club para que se le entregue el premio al Triunfador 2.011. Allí, rápido, sin dar muchas vueltas a lo que todos sabíamos, se le reconoció, tomó su cuarto Triunfador de la Feria, y estuvo muy amable con la gente, se hizo fotos, charló, y a la carrera a otro lugar. Y es que, tras parar en Radio Marca con Paco Aguado y Alfredo Casas, le esperaba algo que ni él se imaginaba. Ibamo al hotel Maissonave, que allí recibía el premio a la mejor faena del 2.011. Y Patxi Alemán, propietario del establecimiento, aficionado y hombre que prepara eventos taurinos y sanfermineros todos los días de fiestas, tenía a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos en pleno, a su hora, esperando el pequeño retraso de El Juli. Y allí, llegó, aluzinó con el gentío, se colocó en el lugar de honor, dio la orden batuta en mano, y los Gigantes le bailaron en su honor. Recibió del más que centenario cabezudo 'Caravinagre' una medalla. Y luego a por el premio. Otra mesa, otra charla, otro premio, otro aperitivo. Y eso recorriendo las calles de Pamplona a pie, que al ser en lo viejo, imagínate la de gente que le paraba en la calle. ¡Un baño de multitudes! Y ya no entro si interesa o no este torero, si gusta o no, porque conozco a gente de todas las opiniones. Pero creo que El Juli es la figura. La que aguanta todas estas cosas que son fundamentales en todo arte, espectáculo o religión. ¿Qué pasaría con el futbol si los futbolistas jugaran y se marcharan a encerrarse en su casa, ni firmaran nada, si salieran en ningún lado? Seguramente lo que pasa con el toreo. Que se diluye, se difumina, hasta que desaparezca.

No es la primera vez que hablamos de estos temas con Roberto y con él. El maestro de Valladolid lo tiene muy claro. Para ser figura tienes que pasar estas situaciones, que quizás agobian porque todo el personal se te hecha encima, pero que la cara del matador viendo los ojos de los niños, cómo le imitaban tuvo que rejuvenecer a Julián y volverlo a su edad más chica, cuando él mismo buscaba arrimarse a los maestros. Y sabes que con los niños, todo está ganado. Tanto es así que varias veces se le dijo aquello de que el año que viene otra vez. O como le dijo públicamente Mariano Pascal, en Pamplona las costumbres se cogen rápido, y puede que esa clase práctica para niños se convierta en un clásico. ¡Ojalá!
Y luego la Comparsa al completo esperándole a las puertas del Hotel Maissonave y todo lo que aconteció allí, debe llenar a cualquiera el agobio de ver cómo hombres y mujeres, talluditas o bisoñas, no te dejan apenas respirar. Horas que seguro al torero le parecieron más paliza que muchas corridas de toros, pero como dice él, 'esto va con el empleo'. Y así debiera ser para todos.

Entre las muchas mini charlas que se sucedieron, mi pregunta fue enfocada a lo que podía suceder el 14. Osado yo pregunté si no habían medido eso de lidiar con Padilla en su regreso a Pamplona. 'El maestro Padilla se merece todo. Es muy grande todo lo que está haciendo.' Ya, ya, pensé yo. Y al menos les avisé de lo que la solanera le preparaba a Juan para el día de su vuelta a la arena pamplonesa tras la horrible situación devenida de su cogida en Zaragoza. Y entre vino y aperitivo se hizo tarde de verdad. Los toreros y su gente nos dejaron antes, y allí quedamos comentando jugadas ente Juanito, Chili, Angel y demás, hasta que llegó la hora de despedida de todo el mundo y a por la tarde, que viene calurosa.

Tarde que calentó la plaza. Ya es viernes, ha vuelto gente, y eso se ve más caldeado que los dos anteriores días. Nuevas caras, porque a la gente se le hace cuesta arriba aguantar todo el abono. Y ya no es el dinero que valen, porque sé perfectamente dónde se sienta mucha gente, los aficionados, que ocupan sus localidades, los veo repartidos, y al público, mucho de ellos superentendidos porque llevan veinte, treinta o cuarenta años yendo a la plaza, unos días están y otros no. Y es que una feria tan larga de diez días puede con cualquiera!!!! Y ya que cada día estoy más feliz con mi vida, y más rancio con estos supuestos taurófilos, paso de lo que me digan. Ya, definitivamente, solo atiendo a quien me va a enseñar bien. Escucho a todos, pero ya recuerdas que decíamos, que atender con siete sentidos sólo a quien te dé luz en el camino, aunque no tengan sus mismos gustos.

Y la tarde se dejó. Salieron los toros huecos, que no mordían, que no daban casi ni miedo. Y eso, amigos es muy malo. No sé qué vamos a hacer. Y es que ni la faena de Perera que si no pincha fijo que le dan las dos orejas, me llenó. Lo ví sin riesgo ante un animal hueco. Y no quiero ser duro con el nuevo ganadero. Pero reconozco que el trabajo dejado por su ancestro cercano debe ser modificado inmediatamente. Y eso aún dos años mínimo tardará en verse. Pegar pases también lo vimos a la mañana con un carretón. Y esto necesita emoción, porque si no, la gente le da al trago y se divierte a su manera, y puede que algún día resuelvan que el botellón organizado se pueda hacer en los jardines de la Taconera, por ejemplo, y nos dejen solos en la plaza. La gente en sol se reía. Algunos cantaban lo de la vaca lechera. Deprimente ver eso, pero veraz.Y con toros bien presentados para la Feria de Pamplona. Lo que ocurre es que decir Feria del Toro, cuando los 'burelicos' no reciben ni un cuarto de vara, y no sangran ni para un análisis es hablar de palabras mayores. Alguno saldrá, como ya me echa en cara Boris que si eso es porque son 'domecq'. No, Eso es porque una serie de ganaderos no hacen las cosas como deben, y ya hay demasiada agua en el vino. Y echar agua al vino es fácil, pero quitarla, ¡es imposible! Y claro está, ¡están las cosas como para empezar de nuevo! Y esto no va contra la corrida del 13 de Julio, ni contra esa ganadería, pero cuando uno se convierte en ejemplo, lo menos es recibir él. Y como siempre digo sobre los maestros a los que muchos jóvenes copian, el caso es más flagrante, porque las fotocopias aún son peores.

La tarde se resolvió de aquella forma, con el público esperando a Talavante, con el Fandi mal, mal hasta en los palos, y con Perera despegado, pero que hizo dos series de nota altísima. Pero como bien dice el Kaparra, 'hay que mirar al enemigo'. Y esa es la palabra, porque en la lucha entre la Vida y la Muerte, que eso es el rito, deben ser enemigos, nunca colaboradores. Y el chaval que está mosca con no ver más, y más todavía porque el 14 no hay entrada para él. Y ya está buscando entre el tendido uno que le preste la suya para el final de la traca, que por otra parte, es el día de la solanera.

Al final, que si Perera está bien matando arranca dos orejas, que si los toros se han dejado, que si... que si ya sabíamos todos lo que iba pasar. Y en el fundamento de lo que debe ser un acto litúrgico, falta seriedad y respeto desde los taurinos, desde esa caterba de profesionales que van a arruinar esto.
Luego todos dirán que son el contubernio nazi-etarra que quiere liquidar lo que huela a España. Y puede ser que sea, pero yo, que vivo en Pamplona, que recorro todo Euskadi, Navarra y Sur francés, no lo encuentro. Encuentro borregas lidiadas por figuritas de pitiminí, y gestionado todo por ssoberbios que se quieren llevar todo calentito a costa del personal, pagano y seguidor.

Y con esa mala leche nos echamos una cervecita esperando la nocturnidad, en ambiente de clima agradable y mosqueo de todo el que aparecía y opinaba. Pero bueno, no sé porqué os mosqueáis, les decía, si es lo que esperábamos todos.
Y es verdad, pero lo triste es que sepamos que va a ocurrir eso, ocurra, y sigamos yendo a pagar esas herejías.